Dos años atrás, cuando el Fondo de Arte Joven (FAJ) era solo un sueño, aspirábamos a construir un espacio inclusivo y dinámico, donde los jóvenes artistas y emprendedores culturales pudieran explorar, experimentar y expresar su creatividad.
Llegaron entonces las exposiciones, los conciertos, las colaboraciones, los programas de residencia internacionales, y nuestro espacio empezó a crecer como familia y como un ecosistema que no solo celebra la diversidad de voces y estilos, sino que también impulsa el desarrollo profesional de los jóvenes creadores a través de oportunidades de visibilidad, formación y colaboración.
Hoy, vivimos y sentimos a FAJ como ese oasis en el que músicos, artistas visuales, diseñadores, emprendimientos culturales y jóvenes creadores de una generación han encontrado más que un sitio para crear, han creado una comunidad que inspira, transforma y enriquece la cultura.
